“México sigue siendo el país sin guerra más peligroso para los reporteros: 37 periodistas han sido asesinados desde 2019”, dice el informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Agrega que “desde el año 2000, cerca de 150 periodistas han sido asesinados y 28 han desaparecido en México”.
Añade que “el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha mejorado la situación en el último año de su mandato, con una retórica bastante hostil hacia los profesionales de los medios”, dice el reporte.
Sitúa al país en la posición 121 de 180 países en cuanto a libertad de prensa, seguido de Lesoto y la República Democrática del Congo.
En el apartado de México agrega que “López Obrador, en el poder desde 2018, no ha emprendido las reformas y acciones necesarias para frenar la espiral de violencia contra la prensa”.
Detalla que “el presidente López Obrador y otras figuras destacadas del Estado han adoptado una retórica tan violenta como estigmatizante contra los periodistas, a los que acusan regularmente de apoyar a la oposición. Cada miércoles, el gobierno organiza una sesión de “¿Quién es quién en las mentiras de la semana?”, un espacio más en el que se intenta desacreditar a la prensa. En sus más de cuatro años de mandato, el presidente ha criticado a los periodistas por su falta de profesionalidad y ha calificado a la prensa mexicana de “parcial”, “injusta”, y de “desecho del periodismo”.
Según la evaluación, “en la práctica, no hay ninguna ley que obstaculice la libertad de informar, puesto que la censura se ejerce mediante amenazas o ataques directos contra los periodistas, más que a través de acciones judiciales, detenciones o suspensiones de actividad”.
Dice que “la connivencia entre las autoridades y el crimen organizado constituye una grave amenaza contra los periodistas y se hace sentir en cada eslabón del sistema judicial. Los profesionales que cubren temas sensibles relativos a la política o al crimen, especialmente a nivel local, padecen advertencias y amenazas, cuando no son simple y llanamente asesinados. Otros son secuestrados y no aparecen nunca más, u optan, para salvar la vida, por desplazarse fuera de sus zonas de origen o bien por huir al extranjero.
“El presidente López Obrador no ha emprendido aún ninguna de las reformas necesarias para poner freno a la violencia y la impunidad que se han instalado en el país”.