Madrid, 4 mar (EFE).- La entrada en vigor de los aranceles a Canadá, México y China impuestos por Estados Unidos ya ha encontrado las primeras respuestas de estos tres países en forma de medidas de represalia, sin descartar las implicaciones jurídicas que se puedan derivar para Washington ante sus compromisos con Ottawa y México derivados del T-MEC.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha insistido en que estos aranceles se ponen en marcha ante la inoperancia de los tres países para detener el tráfico de fentanilo, un potente opiáceo responsable de miles de muertes al año en suelo estadounidense.
México y Canadá, los socios del T-MEC
Trump ha impuesto desde este martes aranceles de un 25 por ciento a todas las importaciones procedentes de México y Canadá, sus dos socios en el tratado de libre comercio, T-MEC, que les une.
Los aranceles son del 25 por ciento para ambos países y para todos los productos, aunque en el caso de la energía importada desde Canadá, incluidos el petróleo, el gas natural y la electricidad, el gravamen es del 10 por ciento.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, tiene programada este jueves una llamada con Trump con el objetivo de que se suspendan los aranceles, aunque ya ha asegurado que este domingo, 9 de marzo, anunciará medidas arancelarias y no arancelarias contra Estados Unidos.
Por su parte, el Gobierno del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha empezado este mismo martes a aplicar aranceles del 25 por ciento a importaciones por valor de 30.000 millones de dólares canadienses (20.740 millones de dólares estadounidenses o 20.000 millones de euros), como represalia. Asimismo, Canadá denunciará a EE.UU. ante la OMC y los órganos del T-MEC a Estados Unidos.
China responde
Desde este mismo martes, Estados Unidos ha impuesto un arancel adicional del 10 por ciento sobre las importaciones chinas, un gravamen que se suma al 10 por ciento ya aplicado el 4 de febrero, lo que eleva la carga arancelaria al 20 por ciento sobre esos productos.
Estas medidas contra China se suman a los gravámenes impuestos durante el primer mandato de Trump (2017-2021) sobre más de 300.000 millones de dólares en productos chinos, la mayoría de los cuales siguen vigentes.
En respuesta a Washington, Pekín ha aprobado aranceles del 10 y el 15 por ciento a productos agropecuarios de EEUU.
El gigante asiático ha sido el primer país en reaccionar y gravará con un 15 por ciento las importaciones estadounidenses de pollo, trigo y maíz, y con un 10 por ciento a las de soja, carne de cerdo, de vacuno, productos acuáticos, frutas y lácteos.
Entre los productos gravados con un 15 por ciento figura también el algodón, y en los gravados con un 10 por ciento, verduras y sorgo.
Estos aranceles se suman a los ya impuestos desde hace un mes por China, como represalia al primer anuncio de gravámenes del 10 por ciento.
Entonces, China respondió aplicando un arancel del 15 por ciento a las exportaciones de los productos de carbón y gas natural licuado llegados desde Estados Unidos, así como un gravamen del 10 por ciento a los productos de petróleo crudo, maquinaria agrícola, automóviles de gran cilindrada y camionetas.
Los aranceles ya anunciados
El dirigente estadounidense firmó el 13 de febrero un memorando para imponer “aranceles recíprocos” a los países que gravan productos estadounidenses, con el objetivo de igualar las tarifas que esas naciones aplican a sus exportaciones, y prevé aranceles del 25 por ciento a las importaciones de aluminio y acero que entren en su país desde el 12 de marzo.
“No habrá excepciones ni exenciones. Y será para todos los países”, aseguró Trump durante la firma de las órdenes ejecutivas. En su primer mandato, en 2018, Trump ya impuso aranceles del 25 por ciento a las importaciones de acero y del 10 por ciento a las de aluminio, aunque luego concedió exenciones a Australia, Brasil, Canadá y México.
El presidente de EEUU también prevé firmar la imposición de “aranceles recíprocos”, con la UE como uno de los principales afectados, y que planea ronden el 25 por ciento.
Los nuevos aranceles no entrarán en vigor de inmediato, sino en un plazo de “semanas” o “meses”, y los primeros en ser castigados serán países con los que EEUU tenga un mayor déficit comercial.
Washington también gravará productos agrícolas desde el 2 de abril, aunque por el momento no ha detallado los afectados ni si habrá excepciones, aunque en un mensaje del lunes en su red social, Truth Social, instó a los agricultores estadounidenses a prepararse “para empezar a producir mucho más producto agrícola para vender dentro de Estados Unidos”.
Otros aranceles globales en estudio
La Administración de Estados Unidos también baraja la imposición de un nuevo arancel para las importaciones de automóviles desde el 2 de abril que rondará el 25 por ciento y que para semiconductores y farmacéuticas será mayor.
Trump ha indicado que para los semiconductores y las farmacéuticas los aranceles serán del 25 % o más “y subirán de forma muy considerable a lo largo del año”.
Además, el pasado 25 de febrero ha firmado una orden ejecutiva que instruye al Departamento de Comercio para que inicie una investigación sobre las importaciones de cobre, lo que podría derivar en la imposición de aranceles a los principales exportadores de este material a EE.UU., entre ellos Chile, Canadá, Perú y México.
Según Trump, en los últimos años, EE.UU. ha enfrentado un “problema significativo” de ‘dumping’ de cobre extranjero en el mercado estadounidense, lo que ha afectado gravemente la producción y manufactura nacional de cobre y sus derivados. EFE