La cabeza del ejecutivo local en la Ciudad de México anunció esta mañana la creación de “nuevas reglas” para celebrar espectáculos taurinos en la capital.
Aunque aseguró que se celebró un consenso entre protectoras de animales, y empresarios taurinos, la realidad es que las propuestas que dio a conocer son de un total desconocimiento, algunas inviables; además de tomarse atribuciones que, por muy jefa de gobierno que sea, no le corresponden porque van en contra de los derechos, por ejemplo de los ganaderos de bravo, que ahora tendrían que devolver los toros que se utilicen para la lidia a sus ganaderías, sin importarle el costo que ello conlleva, tratándose de un animal que desde hace 500 años está criado para morir en una plaza de toros.
Y cubrirle los cuernos para evitar que hieran a “otros animales o a alguna persona”, como si se determinara que todos los perros utilizaran bozal para evitar que muerdan, condición natural de los caninos.
Acompañada de su gabinete y de algunos grupúsculos que se dicen “animalistas”, aunque lo que buscan es acabar con una especie animal, la señora Brugada, con ese gesto adusto, de pocos amigos, que siempre le ha caracterizado, pero ahora con un poder que nunca había tenido, anunció las siguientes “nuevas reglas”.
1) Se crea la figura jurídica, el espectáculo libre de violencia, qué posibilitará la continuación de las actividades en la Plaza de Toros bajo nuevas reglas.
2) En el espectáculo taurino libre de violencia, se prohíbe la muerte del toro dentro y fuera de la plaza.
3) El toro deberá ser devuelto a su ganadería.
4) Se protege la integridad física de los toros y se prohíben los maltratos dentro y fuera del espectáculo.
5) Se prohíbe la utilización de objetos punzantes que provocan heridas, lastimaduras o muerte del toro, como banderillas, espadas, lanza, entre otros. Sólo se autoriza el uso del capote y la muleta.
6) Se protege también los cuernos del toro para evitar lastimadura a otros animales o personas.
7) Se limita el tiempo de la corrida a 10 minutos, con un máximo de media hora.
Eso sí, dentro de toda su sinrazón y la soberbia que le acompaña, la jefa de Gobierno Brugada afirmó que de esta manera “posibilitará la continuación de las actividades en la plaza de toros”, y evitar así que les acusen de prohibicionistas, y acabar con un espectáculo lícito, que genera empleos y da sustento a miles de familias, pasando por encima de los derechos de los mexicanos, lo que sí es una flagrante violación a la Constitución.