Este jueves 23 de mayo se conmemora el Día del Estudiante en México, una fecha que va más allá de las celebraciones escolares y que tiene su origen en una lucha histórica por los derechos universitarios y la libertad de expresión.
La efeméride fue instituida a raíz de los acontecimientos ocurridos el 23 de mayo de 1929, cuando estudiantes de la Universidad Nacional (hoy UNAM) iniciaron un movimiento en defensa de la autonomía universitaria. En aquella época, los alumnos exigían que la universidad pudiera gobernarse a sí misma, elegir libremente a sus autoridades y definir sus planes de estudio sin la injerencia del gobierno.

Durante las manifestaciones, un grupo de estudiantes fue brutalmente reprimido por la policía al interior de la entonces Escuela de Jurisprudencia. La agresión no detuvo al movimiento, sino que lo fortaleció y unió a miles de jóvenes universitarios.
Fue tal el impacto del movimiento estudiantil, que días después, el 26 de mayo, el presidente Emilio Portes Gil reconoció la autonomía de la Universidad Nacional, marcando un antes y un después en la historia de la educación superior y al día de hoy se conoce como la Universidad Nacional Autónoma de México.
A partir de entonces, el 23 de mayo se instauró como el Día del Estudiante, en homenaje a quienes alzaron la voz por una universidad libre y autónoma. Esta fecha no sólo recuerda esa gesta, sino que también resalta la importancia de los jóvenes en la transformación social y en la defensa de sus derechos.

Hoy en día, diversas instituciones educativas realizan actividades culturales, deportivas y académicas para reconocer el esfuerzo y el papel fundamental que desempeñan los estudiantes en la sociedad.
Aunque ha pasado casi un siglo desde aquel episodio en la Escuela de Jurisprudencia, la fecha sigue vigente como símbolo de lucha, resistencia y esperanza. Porque ser estudiante no sólo es sentarse en un aula, sino formar parte activa del presente y futuro del país.



