“La prevención es la clave fundamental y el pilar en el que estamos apostando en Aguascalientes: prevenir para no lamentar”, señaló la doctora Jared Barba, integrante del Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes (ISSEA), al referirse al repunte de enfermedades virales provocadas por la falta de hábitos preventivos, los cuales, enfatizó, no deben improvisarse.
Desde el fin de la emergencia sanitaria por COVID-19, muchas personas han relajado significativamente las medidas de higiene. Ante esta situación, la especialista insiste en la importancia de retomar prácticas básicas como el lavado constante de manos.
Durante su participación en el Podcast de JLMNoticias con el periodista José Luis Morales, Barba recalcó que tras la conclusión de la pandemia, la población ha disminuido el uso del cubrebocas, descuidado su esquema de vacunación y desatendido medidas preventivas básicas.
“El problema viene cuando damos por hecho que todo terminó. Las enfermedades no desaparecen, evolucionan. Debemos adaptarnos y buscar formas efectivas de contención, cuidado y prevención”, afirmó.
Recordó que durante los poco más de dos años que duró la pandemia de COVID-19, México, incluido Aguascalientes, registró un alto número de muertes. Sin embargo, también hubo una respuesta positiva por parte de la sociedad en cuanto a cuidados, lo que hoy se refleja en una baja incidencia tanto de COVID como de influenza.
Barba subrayó que el autocuidado no debe cesar ahora que la emergencia ha pasado. “Aprendimos, sí, pero a base de una experiencia dura, con muchas pérdidas. Hoy, muchas personas creen que ya están protegidas o son inmunes, y eso es un error que puede costarnos caro”.
Añadió que no solo en la temporada invernal deben reforzarse las medidas de prevención. Durante el calor, enfermedades diarreicas relacionadas con el mal manejo de alimentos también representan un riesgo importante de deshidratación y hospitalización.
“Desafortunadamente, no aprendemos en cabeza ajena. Necesitamos vivirlo, enfrentarnos a estas situaciones para entender que somos humanos, vulnerables, y que tenemos que prevenir antes de lamentar”, señaló.
Aunque el panorama actual no es tan grave como el vivido durante la pandemia, existen suficientes herramientas en los centros de salud para prevenir enfermedades: vacunas, medicamentos, atención médica oportuna y campañas informativas. Aun así, persiste la falta de cultura preventiva en la sociedad.

“Damos por hecho que vamos a estar bien y que solo buscamos atención médica cuando ya estamos enfermos. Eso genera un problema enorme, no solo económico, sino en la saturación del sistema de salud y en la dificultad de atender enfermedades que pudieron haberse evitado”, alertó Barba.
La prevención frente a distintas pandemias
Más allá del COVID-19 o la influenza, otras “pandemias silenciosas” como la obesidad, la diabetes, la hipertensión o la insuficiencia renal representan un desafío creciente. Si no se refuerza la prevención, llegará un punto en el que los recursos económicos no alcanzarán para atender todas estas problemáticas.
“No hay nada más valioso que la vida. Nuestra responsabilidad y vocación es otorgar salud, acompañar y preservar esa vida”, expresó Barba. A su vez, hizo un llamado a integrar hábitos de higiene en la vida cotidiana, para evitar que las enfermedades se detecten tarde, cuando son más difíciles y costosas de tratar.
“Si el paciente llega en una etapa avanzada, necesitará más medicamentos, hospitalización prolongada o incluso intervenciones quirúrgicas especializadas, lo que representa un mayor gasto para todos”, advirtió.
El lavado de manos salva vidas
Una de las medidas más sencillas y efectivas para prevenir enfermedades es el lavado de manos, hábito que cobró fuerza durante la pandemia y que hoy debe retomarse con firmeza, recalcó la especialista.
En ese sentido, Barba enfatizó que el lavado de manos no debe limitarse a momentos específicos como antes de comer o después de ir al baño, sino realizarse tantas veces como sea necesario.

“Debemos incluir también el lavado de manos después de estornudar, tocarse la cara o los ojos, así como después del contacto con mascotas, antes y después de pasearlas. Esto reduce significativamente el ingreso de bacterias al hogar y al organismo”
La doctora Jared Barba hizo un llamado claro y urgente: reforzar la cultura de la prevención. “No podemos bajar la guardia. Pequeños hábitos como el lavado de manos pueden marcar la diferencia entre la salud y la enfermedad. Prevenir siempre será más fácil, más seguro y mucho menos costoso que curar”.



