Por Memo Leal.
Un toro de la ganadería de Cebada Gago hizo que el segundo recorrido por las calles en Pamplona de este año haya culminado a los 5 minutos 22 segundos, poco más del doble de tiempo que la duración general.

Y es que “Caminante”, número 23, se rezagó y en varias ocasiones, después de la mitad de la carrera, detuvo su marcha y embistió, en sentido contrario, a los miles de corredores en las calles de Pamplona.
Según el parte médico preliminar, hoy los Cebada Gago ocasionaron el primer herido por asta de toro de este 2025.

Un corredor sufrió una cornada en una pierna, y cinco contusionados que ameritaron traslado a los distintos centros hospitalarios de Navarra.
Un mozo sufrió una espectacular voltereta, y otro, un fuerte revolcón. Ambos, aparentemente, no fueron heridos por las astas.

Cebada Gago es la ganadería que históricamente produce mayor número de corredores heridos y que ayer sumó su participación 35 en las fiestas de San Fermín.
El encierro de hoy, formado por un toro castaño que lideró la manada; tres negros, un burraco,y un cárdeno; éste que a veces fue en el último sitio comenzaron compactos el recorrido emocionante y no exento de peligro, con algunos derrotes que tiraban mientras corrían.

Cinco astados de los seis llegaron a los corrales de la plaza 42 segundos después de cumplirse los dos minutos de carrera, sin embargo, el negro toro 23 al rezagarse alargó hasta los 5 minutos 22 segundos el recorrido.
Uno de los momentos más peligrosos provocado por “Caminante” fue cuando embistió a uno de los cabestros (bueyes mansos) que acompañan a los bravos y en medio de los dos, en el piso, quedó un corredor que, milagrosamente, se salvó de algo más grave.
El buen trabajo de los pastores logró que el rezagado animal llegara al ruedo, en donde los dobladores, con su capote a una mano, ingresaran al Cebada, a los corrales, finalizando así la segunda carrera de este año.
Como es costumbre hubo intensidad, emoción y peligro con los astados de Cebada Gago que esta tarde habrán de lidiar el maestro Antonio Ferrera, Pepe Moral y Román, esperando que se dé el primer triunfo de los nacientes sanfermínes.



