Este jueves 11 de septiembre se conmemoran 24 años de uno de los eventos que definieron el inicio del siglo XXI: los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en el World Trade Center (WTC) en Estados Unidos. La fecha no solo se ha convertido en sinónimo de luto mundial, sino también de un cambio profundo en la seguridad en cada rincón de la tierra, la política internacional y la vida cotidiana.
La mañana de aquel martes, dos aviones de pasajeros se estrellaron contra las Torres Gemelas del WTC en Nueva York, derrumbando los emblemáticos rascacielos y dejando una herida imborrable en la memoria colectiva.

Aquel día comenzó como cualquier otro. Las oficinas del WTC, un símbolo del poder económico estadounidense, se llenaban de miles de personas. El cielo de Nueva York estaba despejado, pero la calma se rompió a las 8:46 de la mañana cuando el vuelo 11 de American Airlines se impactó contra la Torre Norte.
La escena, captada en tiempo real por cámaras y testigos, desató una ola de pánico e incredulidad. El humo y las llamas que brotaban del edificio hacían pensar en un accidente aéreo, pero la certeza de un ataque se confirmó 17 minutos después, a las 9:03 a.m., cuando el vuelo 175 de United Airlines chocó contra la Torre Sur. La imagen de ambos edificios en llamas se transmitió en vivo a todo el mundo, sembrando el terror global.
11 de septiembre: un hecho atribuido a Al Qaeda
La noticia conmocionó al planeta entero. Los medios de comunicación dejaron de lado sus programaciones habituales para centrarse en la tragedia. En cuestión de horas, la autoría de los ataques fue atribuida a Osama Bin Laden, líder de la red terrorista Al Qaeda.

La conmoción aumentó a las 9:37 a.m., cuando el vuelo 77 de American Airlines se estrelló contra el Pentágono, en Arlington, Virginia, causando un colapso parcial del edificio. El último acto de la tragedia ocurrió a las 10:03 a.m. en un campo de Pensilvania, donde el vuelo 93 de United Airlines se desplomó después de que los pasajeros se enfrentaran a los secuestradores, evitando que el avión impactara su objetivo original, que se cree era el Capitolio o la Casa Blanca.
Las consecuencias de esos minutos de caos fueron devastadoras. El derrumbe de las Torres Gemelas, a las 9:59 a.m. (Torre Sur) y a las 10:28 a.m. (Torre Norte), selló el destino de quienes no lograron escapar. En total, se contabilizaron casi 3 mil víctimas mortales y más de 6 mil heridos en los cuatro ataques, convirtiéndose en el ataque terrorista más mortífero en la historia de la humanidad. La gran mayoría de las muertes ocurrieron en el WTC. Los cuerpos de bomberos, policías y personal de emergencia que acudieron a la zona cero enfrentaron una situación sin precedentes. Cientos de ellos perdieron la vida en el colapso de las torres.

Los testimonios de los sobrevivientes y las últimas llamadas de las víctimas a sus seres queridos son desgarradores. Relatos de quienes se enfrentaron a la decisión de saltar de los pisos superiores para escapar de las llamas o de quienes hacían una llamada final a su familia para despedirse, se han convertido en símbolos del horror y la valentía de aquel día. Muchas de las incógnitas sobre la logística de los ataques y la red que los planeó continúan siendo objeto de debate, pero la realidad de la pérdida es incuestionable.
A 24 años de distancia, las heridas del 11 de septiembre siguen abiertas. Los nombres de las víctimas están inscritos en el Monumento Nacional y Museo Conmemorativo del 11 de septiembre, en el lugar donde se erigían las torres, también llamada “zona cero”.

La fecha es un recordatorio de la fragilidad de la paz y de la importancia de la memoria. La tragedia no solo cambió la política exterior de Estados Unidos con la subsiguiente “Guerra contra el Terrorismo”, sino que también transformó la manera en que los países gestionan su seguridad y la privacidad de sus ciudadanos.
El 11 de septiembre de 2001 no fue solo un evento; fue el parteaguas de una nueva era, una que, a pesar de los años, sigue marcada por el dolor y las interrogantes sin respuesta.
Trump Recuerda a víctimas del 11 de septiembre
Durante una ceremonia efectuada en el Pentágono, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, acompañado por su esposa, la primera dama, Melania Trump, recordó a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre, “esa mañana terrible, hace 24 años, el tiempo se detuvo” inicio su discurso.
Tras colocar una ofrenda floral, nombró a los 125 que fallecieron en el cuartel general de las Fuerzas Armadas, tras el impacto del avión, donde también murieron sus 59 ocupantes, en un evento paralelo a la tragedia de las torres gemelas.

Con sus palabras solemnes, dejó en claro que EStados Unidos no se permitirá olvidar lo ocurrido aquel fatídico día. “En ese fatídico día, monstruos salvajes atacaron los símbolos mismos de nuestra civilización. SIn AMbargo, Aquí en Virginia, en Nueva York y en los cielos de Pensilvania, los estadounidenses no dudaron, se mantuvieron firmes y demostraron al mundo, que jamás cederemos, jamás nos doblegaremos, jamás nos rendiremos”, puntualizó.
A casi un cuarto de siglo, la Oficina de Medicina Forense de la Ciudad de Nueva York ha reconocido que son más de mil personas las que aún no han podido ser identificadas.



