La madrugada del 16 de septiembre de 1810, la tranquilidad del pequeño pueblo de Dolores, en el actual estado de Guanajuato, se vio interrumpida por un llamado a la acción que marcaría el inicio de la lucha por la Independencia de México.

El protagonista de este hecho histórico fue el cura Miguel Hidalgo y Costilla, quien, junto a otros conspiradores, decidió adelantar el levantamiento armado que se planeaba para una fecha posterior.
¿Fue realmente un grito?
El evento es conocido como “El Grito de Dolores” o “El Grito de Independencia”, pero, ¿fue realmente un grito? Las crónicas históricas señalan que, ante el descubrimiento de la conspiración, Hidalgo hizo sonar la campana de la iglesia para reunir a la gente. Una vez congregados, se dirigió a ellos con un discurso apasionado, instándolos a unirse a la causa y a luchar contra el gobierno virreinal.
Se cree que las frases que pronunció incluyeron “¡Viva la América!”, “¡Viva Fernando VII!”, “¡Muera el mal gobierno!”, y algunos historiadores incluso añaden “¡Viva la Virgen de Guadalupe!”. Aunque la expresión popular ha simplificado el hecho a un “grito”, en realidad fue un discurso, que buscaba encender la llama de la rebelión.
¿Qué pasó después de ese día?
Después del Grito, el movimiento se puso en marcha. El contingente de Hidalgo, formado por campesinos, artesanos, mineros y otros habitantes de la región, marchó hacia San Miguel el Grande (hoy San Miguel de Allende), donde se les unió el regimiento del capitán Ignacio Allende.
La lucha se extendió rápidamente, y la insurgencia, a pesar de su falta de disciplina y armamento, logró importantes victorias. El objetivo inicial no era la independencia absoluta, sino más bien la defensa de los derechos del rey español Fernando VII, que se encontraba prisionero de Napoleón Bonaparte, y el derrocamiento del “mal gobierno” representado por el virrey de la Nueva España. Sin embargo, con el tiempo, el movimiento evolucionó hacia una demanda por la soberanía completa.
Personajes clave en el Grito de Independencia
El “Grito de Dolores” no fue un acto aislado, sino el resultado de una conspiración y la participación de diversas personas:
Miguel Hidalgo y Costilla: Considerado el “Padre de la Patria”, fue el principal instigador y líder del movimiento en sus primeras etapas.

Ignacio Allende: Militar de carrera y uno de los principales conspiradores. Se unió a Hidalgo y, aunque tenía diferencias estratégicas con él, fue un pilar fundamental en la dirección del ejército insurgente.
Juan Aldama: Otro de los conspiradores de Querétaro, que junto con Allende, le informó a Hidalgo que la conspiración había sido descubierta.
Josefa Ortiz de Domínguez: Conocida como “La Corregidora”, fue una pieza clave en la conspiración de Querétaro. A pesar de su arresto, logró enviar el mensaje que alertó a Allende y Aldama sobre el inminente peligro.

El Grito de Dolores es un recordatorio de que la historia no la hacen solo los grandes héroes, sino también la suma de voluntades y la valentía de un pueblo que se levanta para cambiar su destino. El 16 de septiembre de 1810 no solo se encendió la chispa de la independencia, sino que también se sentaron las bases de la nación que hoy conocemos como México.
La lucha contra el gobierno virreinal, que culminó con el Grito de Dolores, no fue un hecho aislado ni espontáneo. Fue el resultado de un largo periodo de descontento social, político y económico que se acumuló en la Nueva España.



