No basta con decir que Drew Struzan diseñó pósters legendarios. Más allá de los títulos icónicos Regreso al Futuro, Star Wars, su impacto fue realizarlos desde el momento de capturar sueños y sobre todo que generaran emociones con el pincel, envolviendo a los personajes en luces y sombras que hablan más que cualquier diálogo.



Nacido en Oregon el 18 de marzo de 1947, Struzan comenzó a vender sus obras siendo apenas un estudiante. Mientras cursaba arte, trabajó en Pacific Eye & Ear, donde ya mostró su talento con portadas como Welcome to My Nightmare para Alice Cooper una pieza considerada entre las mejores portadas de rock.

Sus primeros pasos en el cine fueron discretos, ya que colaboró en filmes como Squirm o Empire of the Ants. Pero su destino cambió por completo al participar en el póster de Star Wars: Episode IV – A New Hope (versión reestrenada). Esa colaboración lo llevó a ser reclutado por Lucasfilm, iniciando una relación profesional de más de 35 años con George Lucas y, posteriormente, con Steven Spielberg.


Con ellos, Struzan marcó una época dorada. Fue el artista detrás de la identidad visual de Indiana Jones, E.T., Blade Runner, Los Goonies, Volver al Futuro y decenas más. Su capacidad para mirar más allá del guion y traducir la esencia emocional de cada historia en una sola imagen lo distinguió del resto. Ilustraba escenas pero a la vez construía emociones. Lograba que el espectador sintiera el poder, la nostalgia o el misterio de una película antes incluso de verla.



Aunque oficialmente se retiró en 2008, cerrando su carrera con el cartel de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal, nunca dejó de crear. Continuó pintando obras personales, participando en exposiciones y compartiendo su experiencia con jóvenes artistas que crecieron admirando su estilo. En una industria cada vez más dominada por lo digital, Struzan defendía el arte hecho a mano, el valor de la imperfección y la emoción genuina que surge del trazo humano.

Este año, su esposa, Dylan Struzan (con quien estuvo casado desde 1967) reveló que Drew había estado luchando contra el Alzheimer durante años. Ella anunció que ya no podía pintar ni firmar obras, y que su retiro no era para descansar, sino una batalla silenciosa por mantenerse presente.
Drew Struzan falleció el 13 de octubre de 2025, a los 78 años dejando un legado cinematográfico en cada póster que sigue colgado en paredes y con un símbolo de arte en cada una de las películas.



