Presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se enfrentaron a balazos con miembros del Cártel de Juan José Farías Álvarez, alías “Abuelo Farías”, en la zona serrana entre Michoacán y Jalisco, específicamente en las comunidades de Cholula y Los Olivos.
Posteriormente, el conflicto se trasladó a áreas más pobladas, como Tepacaltepec, donde los habitantes informaron a medios locales que los grupos intentaron tomar el control del municipio.
Este enfrentamiento, por rivalidad entre ambos cárteles.
Todo comenzó cuando “El Abuelo” Farías, quien originalmente formaba parte del Cártel de La Familia Michoacana, se vio obligado a separarse de la agrupación. Posteriormente, se unió al Cártel de Los Caballeros Templarios, quienes tuvieron enfrentamientos con el CJNG.
En un punto, “El Abuelo” decidió romper su alianza con Los Templarios para evitar conflictos directos con el CJNG, ya que varios de sus familiares formaban parte de este último. Además, sus primeros vínculos en el mundo del narcotráfico se relacionan con el Cártel de los Valencia, con quienes tuvo una alianza en los años previos a las disputas con otros grupos criminales.

En 2019 Farías Álvarez, y Alfonso Fernández Magallón intentaron asesinar a “Migueladas”, operador del CJNG. Debido a esto el” Mencho” líder del cártel intento atacarlo, rompiendo las alianzas que tenían y en las que murieron varias personas, además de narcobloqueos y narcomantas en las que exigían la entrega de “El Abuelo” a cambio de paz.


Uno de los enfrentamientos más violentos ocurrió en mayo de 2025, cuando 12 integrantes del CJNG murieron en un enfrentamiento con fuerzas federales en Michoacán, zona donde operan grupos vinculados a dicha organización. La confrontación se dio en una zona minera de difícil acceso entre Chinicuila y Áquila, y dejó además nueve detenidos.
El ataque del día de hoy aparentemente no dejó personas heridas, siendo controlado por la policía; incluso la fuerza federal intervino con apoyo aéreo y militar para quitar los narcobloqueos que se habían registrado en la zona de Uruapan.
En los últimos años, además del conflicto armado, ha crecido la intención de controlar el gobierno local y sus actividades ilícitas como extorsión, homicidios y tráfico de drogas. La violencia se ha ido intensificando, convirtiendo a Michoacán en una zona cada vez más peligrosa. En Uruapan, por ejemplo, es el tercer municipio más peligroso de México según el INEGI con el (89.5%) donde incluso el alcalde Carlos Manzo, ha solicitado apoyo a las autoridades federales para controlar la severa violencia que se ha vivido en los últimos años.




