Madrid, 28 sep (EFE).- El 29 de septiembre de 2018, precisamente en un derbi pero en el Santiago Bernabéu que acabó con empate sin goles en la séptima jornada de LaLiga, Vinícius Jr. hizo su primera aparición en el Real Madrid. Seis años después, consagrado como uno de los mejores jugadores del mundo, a puertas de su primer Balón de Oro, el brasileño es el centro de las miradas en el Metropolitano.
Más por obligación que por creencia en el jugador, Julen Lopetegui hizo debutar a Vinícius cuando, con 18 años, aún le veía lejos del nivel adecuado para jugar con el primer equipo del Real Madrid. “Hay que darle tiempo de cocción”, llegó a afirmar horas antes de recurrir a un futbolista al que se le quedaba pequeño el Castilla tras ser la joven perla del Flamengo.
Su primer día fue testimonial, aunque Vinícius con su presencia y desequilibrio siempre agita los partidos. Saltó al césped del Bernabéu en el minuto 88 por Karim Benzema, como último recurso de emergencia en la huida de la trampa de Diego Simeone. Su crecimiento llegó tras el cese de Lopetegui y la llegada de Santi Solari. Desde entonces el brasileño suma 273 partidos con el Real Madrid, 86 goles y 13 títulos.
Un crecimiento en liderazgo hasta ser la referencia ofensiva del conjunto madridista con el regreso de Carlo Ancelotti y un papel especialmente importante en la conquista de las dos últimas ‘Champions’, con goles en las finales ante Liverpool y Borussia Dortmund en la decimocuarta y la decimoquinta. En la última final elegido jugador del partido. Un torneo que puede ser el gran impulso hacia su primer Balón de Oro.
En su sexto aniversario se reencuentra con el Atlético de Madrid, el segundo equipo al que más se ha enfrentado en su carrera, hasta en trece ocasiones sin el brillo que desea. Apenas un gol y en un partido ya roto, en la prórroga de los cuartos de final hace dos ediciones, firmando en un acción individual la sentencia cuando el rival buscaba a la desesperada el empate que provocase los penaltis (3-1).
Un total de 22 tantos marcados por el Real Madrid en esos encuentros, uno sólo con la firma de ‘Vini’ que encara el regreso al Metropolitano aumentando responsabilidades con la ausencia en punta de Kylian Mbappé por lesión. Será su sexta visita. El pasado enero, en los octavos de Copa y después de perderse la derrota liguera, regresó a uno de los estadios donde convive con uno de los climas más hostiles en España, tras 487 días.
El pasado dejó en las inmediaciones del Metropolitano y con algún cántico dentro capítulos racistas que quedaron grabados para siempre en Vinícius. Como un acto vandálico previo a otro duelo copero, cuando apareció colgado de un puente cercano a la ciudad deportiva del Real Madrid un muñeco con su camiseta y una pancarta con el lema “Madrid odia al Real”.
Y llega a la cita tras celebrar la pena judicial que ya cae sobre los que cometen actos racistas en estadios españoles. Con la sentencia de prisión a un aficionado en el estadio del Mallorca. Con el deseo de que no vuelva a ocurrir y que todo el ruido de redes sociales no se traslade a la realidad. Abanderado mundial de una lucha sin tregua.
Pero también llega Vinícius tras volver a las andadas en un comportamiento en los terrenos de juego de crispación contra los colegiados que es castigado con tarjetas. Dos seguidas por protestar, ante Espanyol y Alavés, precisamente en los dos encuentros en los que volvió a ser decisivo acercándose a su identidad letal tras un inicio de curso irregular por la falta de una pretemporada adecuada.
“Estoy aprendiendo todos los días, revisando en casa los partidos, para ser una persona mejor”, llegó a afirmar hace un año sobre un problema que vuelve a estar latente cuando Vinícius siente que se castiga con mayor dureza su protesta o cualquier gesto que realice a las entradas que recibe de los rivales.
Con la petición de Carlo Ancelotti de no protestar a sus jugadores, tras seis amarillas en dos partidos y hasta nueve en lo que va de temporada, el examen a Vinícius le llega en un Cívitas Metropolitano donde en su último capítulo protagonizó un derbi en efervescencia. Amonestado por protestar, en medio de discusiones con rivales, Diego Simeone y la grada.
Pese a que en ese último precedente, en un duelo con sabor copero, fue siempre desequilibrante en el uno contra uno y brillante en acciones del juego, ‘Vini’ acabó siendo castigado con tarjeta por sus protestas al colegiado tras señalar a un recogepelotas que evitó en varias ocasiones que se sacase de banda con rapidez. Cayó en la trampa del otro fútbol en una provocación de ida y vuelta porque celebró un gol tras fallo de Jan Oblak y mandó a la grada el balón tras el segundo gol que provocaba la prórroga para que Simeone se desgañitase pidiendo su expulsión por segunda tarjeta.
Con el final de partido y el triunfo del Atlético de Madrid, Simeone abandonó la celebración para decirle a Vinícius varias cosas al oído que fueron respondidas por el brasileño. Imágenes del último capítulo de un derbi que no juega el brasileño desde febrero de 2023 y en el que es uno de los grandes protagonistas el día que cumple 6 años de su debut con el Real Madrid.