Este sábado se conmemora el Día de la Santa Cruz, una festividad de profunda tradición en México que, desde hace décadas, ha sido adoptada también como el Día del Trabajador de la Construcción. La jornada está marcada por festejos en obras de todo el país, donde se rinde homenaje a los albañiles, maestros de obra y demás trabajadores del sector.
El origen de esta costumbre se remonta a las raíces religiosas de la fecha. El 3 de mayo, la Iglesia católica celebra la invención de la Santa Cruz, es decir, el hallazgo de la cruz en la que fue crucificado Jesucristo, según la tradición cristiana.

Con el tiempo, esta fecha adquirió un significado especial para los trabajadores de la construcción, quienes comenzaron a colocar cruces decoradas con flores en lo alto de las obras como símbolo de fe y protección.
Además de colocar la cruz, muchos de los obreros organizan convivios en los propios sitios de trabajo, incluyendo comida, música y a veces incluso misas, en agradecimiento por el trabajo.
Aunque la fecha no es oficialmente reconocida como día feriado laboral, muchas empresas del ramo dejan a sus trabajadores celebrarlo e incluso les permiten no laborar en éste día, entendiendo su valor simbólico y cultural.
La conmemoración es una muestra más de cómo las tradiciones religiosas han influido en la vida laboral y comunitaria de México, fortaleciendo el sentido de identidad y pertenencia entre quienes construyen el país día a día.



