Por Memo Leal.
Hace 366 días, Emilio de Justo abrió su primera Puerta Grande en Pamplona y hoy, fallar con la espada se lo impidió, porque estuvo a punto de cortarle las dos orejas tras una gran faena al quinto del festejo, que, sumadas a la que le había cortado al segundo de la tarde le habría dado sobradamente esa posibilidad.
Al final esa oreja es la que marca la cuarta corrida de las Fiestas de San Fermín, pues fue la única faena que la mereció y que, por cierto, en un gran detalle, le brindó Emilio a “Morante” quien sigue siendo el más feliz de todo Pamplona, y presenció el festejo en el callejón de la plaza.

“Fue una tarde que me deja contento, pero no satisfecho por haber pinchado a mi segundo”, contó, brevemente, a través del teléfono, el torero extremeño, quien tras esa oreja al toro de Victoriano del Río -ganadería con la que está muy acoplado-, cortada con asentado y estético toreo, al quinto, no fácil, pero con movilidad, le esculpió lances y muletazos que además de firmeza, tuvieron mano baja y mucha largueza.

Ese toreo tan personal de De Justo acaparó la atención de los aficionados.
Todo estaba listo para las dos orejas y que se abriera la Puerta del Encierro, pero la espada la trabó y Emilio fue muy ovacionado.

La figura francesa Sebastián Castella logró en su primero una faena muy firme con un toro que tuvo clase, pero pidió siempre tiempos y espacios que le dio Castella, que pinchó y oyó un aviso.
En su segundo volvió a estar muy bien con muletazos largos. Mata de media estocada y cuando se tardó en doblar el astado, luego se levantó y sonaron dos avisos y aun así lo sacaron al tercio.

Borja Jiménez consiguió una variada actuación en la que hubo, por momentos, buen toreo, pero no terminó por redondear y oyó aviso en cada uno de sus dos enemigos.
A la medianoche correrán los toros de Jandilla en el quinto encierro que, por la tarde, lidiarán Juan Ortega, Roca Rey en su segunda actuación; y Pablo Aguado.



