Guillermo Leal
Con una vuelta al ruedo en medio de la entrega del público, Joselito Adame cerró su carrera taurina esta tarde en la plaza española de Huesca, donde sus faenas no tuvieron mácula, tomando en cuenta la poca colaboración de sus astados.
La figura mexicana terminó siendo silenciado en su penúltimo toro, tras escuchar un aviso; y recorriendo el ruedo de esa plaza española tras haber lidiado al número 94 “Busca Oro” de la ganadería de El Pilar, un toro colorado, el último de su carrera, que resultó muy aplomado, pero con el que José estuvo empeñoso y técnico.
Joselito pudo en su penúltimo astado, el primero del festejo, lucir toreando al natural para el final de la faena marcarla con molinetes de rodillas que impulsaron el ánimo del público. El astado no fue entregado al engaño del mexicano que, pinchó antes de una estocada ligeramente caída y oyó un aviso.
“Fue una pena que los toros no terminaran por entregarse, y también que haya pinchado, porque las faenas tuvieron técnica. Pueden estar seguros de que José salió, como siempre, honesto, entregado y haciendo gala de todas sus facultades y cualidades”, contó Juan Carlos López, uno de sus apoderados.

Bonito momento antes de iniciar la corrida se suscitó cuando Adame recibió un reconocimiento de parte de las peñas taurinas y escuchó cómo la plaza entera le entonó “El Rey” del gran José Alfredo; luego vino el brindis de la figura del toreo peruano, Andrés Roca Rey, quien le deseó suerte y le expresó su admiración como torero, profesional y taurino.
Joselito, tras esa emotiva última vuelta al ruedo, ondeó las banderas de México y España, su patria, y la que lo adoptó, poniendo así, de manera sorpresiva y sorprendente punto final a una carrera triunfal, ejemplar y que se va a extrañar.

Andrés Roca Rey tuvo una heroica actuación en la que fue revolcado en un par de ocasiones, y pese a ello se levantó, física y anímicamente, para cortarle la oreja a cada uno de sus astados, pese a que escuchó un aviso en su primero y dos en el quinto de la tarde.
El que se llevó “el gato al agua” fue Tomas Rufo quien aprovechó las condiciones de los dos mejores toros de la ganadería de El Pilar que le tocaron a él y pudo entonces cortarle un apéndice al tercero y las dos al sexto.




