Renuncia abogado de familias de desaparecidos de Ayotzinapa
Vidulfo Rosales Sierra, reconocido abogado y defensor de derechos humanos, anunció su renuncia a la representación legal de las familias de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. La decisión, que marca un cambio profundo en su trayectoria, se da tras aceptar la invitación de Hugo Aguilar Ortiz, presidente electo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), para incorporarse como colaborador en la nueva etapa del máximo tribunal del país.
Rosales, uno de los principales referentes de la defensa de las víctimas del caso Ayotzinapa desde 2014, señaló que su salida no significa abandonar la lucha por la justicia, sino continuarla “desde otras trincheras”, ahora en el ámbito institucional.
Vidulfo Rosales: una renuncia en medio de la herida abierta de Ayotzinapa
El anuncio llega a pocas semanas de que se cumplan 11 años de los trágicos hechos ocurridos en Iguala, Guerrero, la noche del 26 de septiembre de 2014. Aquella jornada, 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa fueron desaparecidos en un episodio que conmocionó al país y que, hasta el día de hoy, continúa sin esclarecerse completamente.

Las investigaciones se han topado con obstáculos políticos, judiciales y de seguridad. A pesar de los años transcurridos, no se ha logrado una línea de investigación concluyente que permita establecer el paradero de los jóvenes. Para los familiares, Rosales representó durante más de una década la voz jurídica que exigía justicia frente al Estado mexicano y que acompañaba las denuncias nacionales e internacionales.
El comunicado de despedida de Vidulfo Rosales
La renuncia de Vidulfo Rosales fue acompañada de un comunicado titulado “En otras trincheras de lucha”, en el que expresó con palabras emotivas el peso de su decisión:
“A las organizaciones de derechos humanos, a las organizaciones sociales, activistas y a todas las personas que luchan por un mundo más justo: con profundo pesar les informo que dejo de colaborar en el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan”.

Rosales formó parte del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan (CDHM) durante 24 años, institución con sede en Guerrero que se ha caracterizado por la defensa de comunidades indígenas, campesinas y sectores históricamente marginados.
En su texto, agradeció especialmente a Abel Barrera Hernández, fundador del CDHM, por haberle dado la oportunidad de “defender a los que menos tienen” y de caminar al lado de los pueblos en momentos de profunda adversidad. “Tlachinollan es la casa que me albergó y me forjó como defensor y abogado”, subrayó.
Recuerdos de una lucha de más de dos décadas
Rosales compartió además recuerdos que marcaron su vida profesional. Mencionó aquella madrugada del 27 de septiembre de 2014, cuando recibió la indicación de trasladarse a Iguala para atender el caso de los estudiantes desaparecidos. También recordó la primera vez que tuvo que enfrentar el asesinato de normalistas en la Autopista del Sol y, más recientemente, la noticia de la agresión mortal contra el líder social Marco Antonio Suástegui Muñoz, defensor del agua en Guerrero.
Estos episodios, afirmó, definieron no solo su carrera, sino su compromiso personal con las causas sociales y la defensa de los derechos humanos.
La decisión de Rosales de dejar la primera línea de la defensa social para incorporarse al máximo tribunal del país es vista por muchos como un cambio de escenario en la lucha por la justicia. Hugo Aguilar Ortiz, primer presidente indígena de la SCJN, lo invitó a colaborar en los trabajos de la Corte que presidirá en esta nueva etapa.
En su mensaje, Rosales concluyó con una declaración de principios:
“Me retiro de la primera línea de la lucha social con la frente en alto, con la seguridad de haber puesto un grano de arena en la pelea de nuestros pueblos. Desde otras trincheras seguiré exigiendo que los derechos humanos sean una realidad, que los pueblos indígenas y afroamericanos tengan una vida digna y que no seamos tratados como personas de segunda”.
Con esta decisión, Vidulfo Rosales cierra un capítulo clave en su vida profesional y en la historia reciente de la defensa de los 43 normalistas. Sin embargo, su paso hacia la Suprema Corte podría significar la apertura de nuevas vías para impulsar la justicia desde el corazón del sistema judicial mexicano.



