Nueva York/Aguascalientes.- La historia del narcotráfico en México cambió ayer en un tribunal de Brooklyn. Ismael “El Mayo” Zambada, el hombre más enigmático y poderoso en más de cinco décadas del crimen organizado, aceptó su culpabilidad.
Y ahí, en primera fila, a escasos metros del capo, estuvo el periodista mexicano Javier Risco, quien narró en exclusiva cómo fue vivir esa audiencia que marca el final de una era en el Cártel de Sinaloa.
“Lo vi a cinco metros de distancia. Estaba del lado de la defensa. Pude escuchar cuando le preguntaba a su abogado si le faltaba mucho tiempo, si entendía bien la traducción. Verlo fue impresionante, porque del Mayo no se sabe nada, nunca habíamos escuchado siquiera su voz”, relató Risco en entrevista con José Luis Morales para JLMNoticias.
El día en que “El Mayo” habló, en voz de Javier Risco
“Hace unos minutos hablaba con Azucena Uresti y me decía: ‘creo que nunca he escuchado la voz del Mayo Zambada’. Y es cierto, es un tipo de criminal que se había cuidado tanto, que hasta ayer muchos nunca habíamos escuchado su voz”, señaló Javier Risco.
A las 12:00 del mediodía exactas, el silencio en la sala se rompió. Zambada entró con uniforme de presidiario azul y naranja, barba y cabello canosos, pero con aparente buena salud a sus 75 años.
“Se veía lúcido, sano, entendía todo lo que le decía el juez Brian Cogan. Solo pidió que repitieran algunas frases, pero se mostró consciente, hasta sereno”, describió Javier Risco.

El capo, que hasta ayer había sido una figura de sombras, habló nueve minutos frente al juez. Ahí reconoció haber traficado más de 1,500 toneladas de cocaína hacia Estados Unidos, haber “promovido la corrupción de policías, militares y políticos en México” y haber ordenado asesinatos en las guerras entre cárteles de los años ochenta y noventa.
“Lo dijo con soltura, sin titubeos, incluso admitiendo que también murieron inocentes en esos enfrentamientos”, recordó el periodista Javier Risco.
La caída del cerebro del Cártel de Sinaloa
“Es escalofriante estar frente a alguien de ese tamaño, con esa frialdad y con esa historia criminal”, señaló Javier Risco.
Zambada García nació en El Álamo, Sinaloa, y desde finales de los años sesenta se abrió paso en el narcotráfico hasta convertirse en el cerebro del Cártel de Sinaloa, el mismo que durante décadas exportó drogas a todo el mundo y mantuvo vínculos con políticos, militares y gobernadores.
A diferencia de Joaquín “El Chapo” Guzmán, que buscaba reflectores, El Mayo cultivó un bajo perfil: pocas fotos, ninguna voz pública y un sigilo que le permitió evadir a las autoridades más de 40 años.
“Si no hubiera sido por la traición de uno de los Chapitos, todavía estaría libre. Lo dijo en una carta: Joaquín Guzmán López me tendió una trampa”, recordó Javier Risco desde Brooklyn.
Una sentencia inevitable: morirá en prisión
El juez Cogan fue claro: cada uno de los delitos reconocidos conlleva cadena perpetua. La sentencia se leerá el 13 de enero de 2026, pero la fiscal general de Estados Unidos lo sentenció en palabras: “El Mayo nunca volverá a estar en libertad, morirá en prisión”.
Además, el Gobierno estadounidense fijó en 15 mil millones de dólares la fortuna generada por Zambada, cifra incluso mayor a la que se le incautó a El Chapo. “Ese número nos sorprendió a todos. Más que la cantidad, lo que buscaba Estados Unidos eran los vínculos, la información sobre cómo se movía su red de protección política y militar”, explicó Risco.
Un capo que confesó demasiado tarde
Durante su confesión, El Mayo pidió perdón: “Reconozco el gran daño que las drogas han provocado en Estados Unidos, México y otros lugares. Asumo la responsabilidad y pido perdón a aquellas personas que se hayan visto afectadas por mis acciones”.
Pero para la justicia norteamericana ya no hay retorno. A sus 75 años, Zambada quedará fuera de circulación. El capo que durante medio siglo fue el fantasma más temido del narcotráfico, terminó rindiéndose frente a un juez estadounidense.
“Es escalofriante estar frente a alguien así, con esa frialdad y con esa historia criminal. Fue el fin del Mayo Zambada, el fin de una era del narcotráfico mexicano”, concluyó Javier Risco.



