En lo que va del año se han registrado ya 12 feminicidios, dio a conocer la presidenta fundadora del Observatorio de Violencia Social y de Género, Mariana Ávila Montejano, a propósito del lamentable fallecimiento de Érika, a quien su marido la roció con alcohol y posteriormente le prendió fuego.
Indicó que 9 de las 12 muertes violentas se están integrando en las carpetas de investigación como un homicidio culposo o doloso; asimismo se cerró como suicidio o accidente, lo que implica que no existe un análisis con perspectiva de género o que no se está investigando, por lo tanto se desconoce quiénes las mataron y cómo fue el proceso de las violencias.
“Esperábamos que Érika saliera con vida y no fue así”, manifestó la activista tras señalar que se activó el fondo de atención a víctimas con la Fiscalía del Estado de Aguascalientes, quienes se hicieron cargo de los gastos funerarios.
Por lo anterior dijo que desde el 2019 se han documentado ciertos patrones de violencia a través de un análisis de contexto, que deberían hacer las autoridades para la generación de políticas públicas, acciones o mecanismos, “hacerlo con todo el expertise que debería de tener su personal”.
En este sentido dijo que se identificó que las muertes violentas de mujeres en Aguascalientes mayoritariamente son cometidas con un grado de violencia mayor que la muerte de los varones, quienes fueron asesinados con objetos puzocortantes o por arma de fuego, a diferencia del sexo femenino que son estranguladas, golpeadas con bats, martillos, fueron quemadas o les arrojaron ácido.
“Existe una serie de violencias que son continuas”, dijo Ávila Montejano, además de señalar que todas las mujeres que han sido asesinadas ha sido a manos de gente cercana a ellas.
Por lo anterior apuntó que a dichas violencias se han sumado actos de la delincuencia organizada, “no han disminuido las que están relacionadas con las personas que comparten una relación familiar o amorosa con las mujeres”.
Destacó que mayoritariamente incluso a nivel nacional los homicidios son cometidos por personas que la mujer conoce como la pareja, el vecino, amigo, jefe, padre o su hermano, “la persona que le decía que la amaba, terminó asesinándola”.