A una semana de haber asegurado su nominación como candidata demócrata a la Casa Blanca, Kamala Harris ha energizado la carrera presidencial con mítines con récord de asistencia y donaciones millonarias, mientras su mayor oponente, el expresidente Donal Trump, no consigue construir un relato que atraiga a los indecisos de los estados clave.
Harris estuvo este domingo en San Francisco (California), donde sus partidarios que le ayudaron a construir su carrera política la recibieron en medio de una gran ovación en un evento donde recaudó 12 millones de dólares.
“Tenemos que tocar puertas, tenemos que registrar a la gente para que vote, tenemos que conseguir que la gente vaya a las urnas. Y cada día cuenta”, dijo la vicepresidenta animando a los 700 asistentes, entre los que se encontraban importantes figuras demócratas, para aprovechar los cerca de 80 días que hacen falta para las elecciones.
“Vamos a ganar, pero no demos nada por sentado”, advirtió Harris, que acababa de terminar una maratónica gira por estados clave con su compañero de fórmula, el gobernador de Minesota, Tim Walz, donde ha aprovechado la energía causada por su llegada a la carrera por la Presidencia.
Harris aseguró los votos necesarios para conseguir la nominación el lunes pasado, con lo que ha logrado apoyos nunca antes vistos como el del comité político de LULAC, la más antigua organización hispana en Estados Unidos, que le dio su respaldo, el primero que hace la organización a un candidato presidencial en sus casi 100 años desde su fundación.
El entusiasmo es tanto que este domingo el presidente, Joe Biden, anunció en una entrevista con la cadena CBS que se lanzará a apoyar la candidatura de Harris con eventos de campaña en estados clave, incluyendo Pensilvania.
El mandatario dijo que estaba dispuesto a hacer “lo que sea que ayude más” para conseguir que la actual vicepresidenta derrote al expresidente Donald Trump (2017-2021).
Biden adelantó que está planeando un tour de mitines en Pensilviana junto al gobernador del estado, Josh Shapiro, cuyo nombre estuvo en la lista de candidatos para ser la fórmula vicepresidencial de Harris.
Trump y J.D. Vance, estancados en la inmigración y esperando los debates
Mientras Harris y Walz visitaron varios estados clave, el expresidente Trump ha puesto el freno a sus mítines. Su última aparición en público la hizo el jueves pasado en Mar-a-Lago en una conferencia de prensa en la que propuso tres debates a Harris, los días 4, 10 y 25 de septiembre en las cadenas Fox, ABC y NBC en lugar del que estaba previsto el 10 de septiembre en ABC.
En esa misma línea JD Vance dijo este domingo estar listo para enfrentar a Walz. “Quiero ir a un debate con él; creo que es importante y que marca una diferencia principal entre la campaña Trump-Vance y nuestros oponentes”, dijo el también senador por el estado de Ohio en una entrevista con la cadena CNN.
“Creemos en responder las preguntas, creemos en el debate”, agregó el republicano, sobre el posible encuentro que aún no se ha pactado con el gobernador de Minesota, que ha aprovechado los mítines para mostrarse como un defensor de la clase trabajadora.
Por su parte, Trump volvió a jugar la carta de la inmigración en su reunión con los periodistas. El republicano aseguró que Harris “se está derrumbando” y que esa caída será definitiva cuando los estadounidenses “se entere del mal trabajo que ha hecho (Harris) en la frontera sur con México.
En este sentido, Vance dijo este domingo que la deportación masiva de indocumentados de 15 millones de indocumentados, propuesta por Trump, debería comenzar con un millón de inmigrantes.
“Empecemos por un millón… Y a partir de ahí podemos seguir”, dijo el también senador por el estado de Ohio en una entrevista para el programa This Week de la cadena ABC.
“Creo que si se deporta a muchos criminales violentos y… si se dificulta la contratación de mano de obra ilegal… se avanza mucho en la solución del problema de la inmigración ilegal”, agregó el candidato a la vicepresidencia, que dijo estar seguro de que ganarán en noviembre.