La verdadera presencia del mal en el mundo se encuentra en la injusticia, la destrucción y la violencia, y no en cuestiones tales como posesiones diabólicas que se ha hecho creer a través de películas de ciencia ficción, sostuvo el Obispo de la Diócesis de Aguascalientes, Juan Espinoza Jiménez, quien mencionó que el demonio está encarnado en quienes buscan de forma afanosa obtener poder y fama, provocando con ello rupturas y divisiones en la familia y en la sociedad.
Durante su homilía dominical, Monseñor manifestó que “la injusticia, destrucción y violencia parten del desorden interior del ser humano dividido. Muchas situaciones lamentables e inhumanas evidencian la presencia del mal en el mundo, como la afanosa búsqueda de poder, de tener y de fama, que sólo dejan orfandad y vacío, provocan rupturas y divisiones en la familia y en la sociedad”.
Destacó que la búsqueda desenfrenada de poder, riqueza y fama a menudo lleva a acciones perjudiciales que causan sufrimiento a los demás y provocan divisiones en la familia y la sociedad. Por ello, dijo, es importante reflexionar sobre cómo podemos contrarrestar estas fuerzas destructivas y promover valores como la empatía, la solidaridad y el respeto mutuo para construir un mundo más justo y compasivo.
Manifestó que estas cuestiones “son los auténticos campos de actuación del demonio y no tanto las pretendidas posesiones diabólicas u otras influencias malignas producto de la ficción y objeto de la explotación mediática”.
Espinoza Jiménez señaló que “el demonio busca urdir el mal y generar el pecado, nada gana con infundir terror, pero mucho logra apartándonos de Dios y destruyendo la belleza de labor divino en nosotros”.