Un hombre, al parecer dedicado a la venta de quesos, fue ejecutado por un sicario en el municipio de Pabellón de Arteaga tras de que lo estuvo persiguiendo y disparando con un arma de fuego.
El homicidio se registró durante los primeros minutos de este jueves en la calle Séptima de la colonia Popular, en dicha cabecera municipal.
La víctima fue identificada como Alberto Flores Domínguez, de entre 30 a 35 años de edad.
Él caminaba por la calle Sexta cuando de pronto observó a un sujeto que viajaba en una motocicleta en color negro y que en una de sus manos llevaba un arma de fuego, por lo que al sospechar que iba por él decidió echarse a correr para tratar de ponerse a salvo.
El sicario vestía playera en color rojo y pantalón de mezclilla.
En el cruce de las calles Sexta e Ignacio Ramírez comenzó a dispararle a Alberto, que siguió corriendo por esta segunda arteria.
Antes de llegar a la calle Séptima el motorista volvió a dispararle y el proyectil hizo blanco en el medallón de una camioneta Nissan Quest, en color gris, que se hallaba estacionada en ese punto.
La víctima se internó precisamente en la calle Séptima, donde su perseguidor le efectuó dos disparos más y logró impactarlo para herirlo.
Alberto llegó a la casa marcada con el número 217 para refugiarse, pero como la puerta estaba cerrada subió a la azotea por la ventana del frente para finalmente caer al patio.
El pistolero disparó por lo menos tres veces más hacia el domicilio para finalmente darse a la fuga.
Los moradores de la casa y algunos vecinos que escucharon las detonaciones dieron aviso a las autoridades, provocando la movilización de oficiales de las Policías Estatal y Municipal de Pabellón de Arteaga así como de paramédicos del ISSEA, que accedieron al inmueble para tratar de auxiliar al agredido, pero confirmaron que ya había fallecido.
Los elementos colocaron un cordón de seguridad en el escenario de los hechos ya que localizaron 10 casquillos percutidos calibre 9 milímetros.
Al iniciar las investigaciones del crimen, agentes ministeriales de la Policía de Investigación Criminal fueron enterados que Alberto se dedicaba a la venta de quesos y que el domicilio donde trató de refugiarse pertenecía a un sujeto conocido como “El Pícoro”, que al parecer se dedica a robar, aunque se desconocían las razones por las que fue ultimado.
Finalmente, elementos de Servicios Periciales se encargaron del levantamiento de los indicios y del cadáver del abatido para su traslado al SEMEFO.