Incredulidad, por decir lo menos, es lo que siente la familia de Jorge Humberto Carlos Flores, un interno en el Centro de Readaptación Social Estatal de Aguascalientes, tras la versión oficial que sostiene que su ser querido se quitó la vida el pasado sábado debido a una supuesta depresión por abandono familiar.
En entrevista con José Luis Morales en JLMNoticias, dos familiares, bajo condición de anonimato, expresaron que lo vivido por la familia, específicamente en el último mes y medio, contradice la narrativa de las autoridades.
Los parientes, quienes señalan ser primos, coincidieron que toda la familia, entre ellos esposa, hijos, primos, e incluso el papá de Jorge Humberto, un adulto mayor de 97 años, estuvieron pendientes de su bienestar al interior del penal y mantenían contacto regular con él.
“Él nos hacía llamadas para decirnos lo que necesitaba, y nosotros estábamos al tanto de él”, señaló una mujer, quien se contactó al teléfono de denuncias de JLMNoticias.
Por esa razón, la familia argumenta que es falsa la afirmación que llegó a circular durante el fin de semana de que Jorge Humberto transcurría sólo y desatendido sus días en el centro de reclusión.
Jorge, quien pagaba una pena de 1 año y 8 meses por portación de arma, y de la cual ya había cumplido un año de penitencia, recibía visitas regulares de su esposa y de su padre, quien lo apoyaba económicamente.
Refirieron que tenía depresión porque no lo visitaban, pero eso es una vil mentira.
SUFRÍA EXTORSIÓN Y AMENAZAS, REVELA OTRO FAMILIAR
Horas más tarde, al teléfono de JLMNoticias llegó un nuevo mensaje, de otro familiar que se identificó como primo de Carlos Flores, quien señaló también cuestionar la versión de las autoridades penitenciarias de referir un posible suicidio como la causa de muerte del interno.
En conversación telefónica con el staff de JLMNoticias, afirmó que el interno vivía presiones y amenazas para entregar una fuerte cantidad de dinero a cambio de su bienestar en el centro de reclusión.
“Él llegó a marcarme en varias ocasiones de un mes y medio para acá para pedirme dinero prestado para pagar una cantidad que le estaban pidiendo dentro del Cereso”, expresó, tras relatar que las llamadas telefónicas fueron para todos sus familiares y personas cercanas a Carlos Flores.
“Para él ya era desesperante, porque le estaban amenazando de que tenía que dar ese dinero, y si no lo entregaba, lo iban a matar. Él me decía que, cuando me estaban hablando, tenía siempre a alguien que lo estuviera vigilando, para que no hablara de más”.
Las llamadas se hicieron constantes, explicó, porque Jorge Humberto estaba sometido a la presión de conseguir más dinero, por lo que todos los familiares procuraban enviarle el dinero en la medida de sus posibilidades.
Por último, confirmó que las autoridades no se han puesto en contacto con ellos tras la muerte del interno y la entrega de su cuerpo. Tras entregarles el resultado forense, le hallaron marcas en el cuello, así como marcas de golpes en la espalda podrían sugerir tenerla con múltiples rupturas, que podían señalar ‘tablazos’ recibidos.
Sin embargo, no se atrevieron a señalar que la causa de la muerte habría sido por suspensión y que no lo iban a asentar como suicidio, por los golpes que tenían.
“Me da un poco de miedo que puedan reconocer mi voz. Estamos un poco asustados”, concluyó y dejó entrever que su caso podría ser tomado por alguna comisión de derechos humanos.
LA FAMILIA, EN SHOCK
“Hablamos el viernes con él, horas antes del supuesto suicidio, y quedamos de vernos el domingo”, enfatizó la mujer a José Luis Morales.
Cuestionan la falta de pruebas sobre las circunstancias de la muerte, porque, además, las cámaras de seguridad no funcionaban en el momento de los hechos.
La Secretaría de Seguridad Pública Estatal refirió que en la madrugada del sábado se enteraron del supuesto suicidio luego de que los cuatro internos del módulo 4 pidieron la ayuda de personal de Custodia Penitenciaria, ya que habían encontrado a su compañero “suspendido en la zona del baño”.
Señaló que, tras llegar personal médico al lugar, confirmaron la ausencia de signos vitales, por lo que activó protocolos para resguardar la zona y reubicar a los internos.
“No. Está muy raro. A todo mundo se nos hace raro”, concluyó la denunciante.
La situación ha generado dudas y preocupación entre los seres queridos de Jorge, quienes insisten en que siempre lo procuraron y que esta muerte merece una investigación más profunda.