La cuaresma ha comenzado y con ellos damos comienzo también con las tradiciones, saber que alimentos se nos es permitido consumir según nuestras costumbres y herencias ancestrales, nos puede facilitar organizar nuestra dieta diaria.
Si se piensa que la comida de cuaresma es aburrida, tal vez el listado de alimentos que puedes preparar, te pueda hacer cambiar de opinión.
Si bien los alimentos protagonistas son aquellos provenientes del mar, existen muchos otros con los que los podemos acompañar e incluso sustituir, esto puede resultar en una dieta perfectamente balanceada y rica en nutrientes, ideal si estás buscando mantener una alimentación equilibrada.
La comida tradicional
Según las costumbres marcadas para los cristianos, los adolescentes mayores de catorce años, deben aplicar el ayuno obligatorio el miércoles de ceniza y viernes santo y abstenerse de comer carne roja, esos mismos días y los viernes consiguientes.
Quienes están exentos de ambas medidas son aquellas personas mayores de 60 años, personas enfermas y menores de 14 años, a quienes se les permite la ingesta de cualquier alimento disponible.
El abanico alimentario es inmenso, si se pretende mantener un ritmo saludable, el gran favorito de la temporada puede ser un gran aliado, un buen filete aporta muchos nutrientes, el más importante el Omega 3, que nos ayuda a fortalecer los huesos.
Su preparación puede variar según los gustos de la persona, puede ir desde empapelado hasta frito, empanizado o enchilado.
Su guarnición puede variar con una buena variedad de verduras frescas o bien una rica ensalada agridulce, acompañado por una porción de arroz, como carbohidrato, o bien comerlo con unas galletas saladas o un par de tostadas horneadas.
Los camarones son uno de los preferidos por las personas, y su estilo varía desde los aguachile, que se caracterizan por un picor intenso, hasta el muy conocido cóctel, al que se le puede agregar pulpo en trozos, o si existe el antojo por algo caliente, está también el caldo de camarón y el de mariscos y otra variedad que se le da y que es muy recurrente, son los tacos de camarón y de pescado.
Otro platillo típico que no puede faltar en la mesa del mexicano es el mole de pipián, una tradición culinaria propia de estas fechas, al hablar de cuaresma nos evoca inmediatamente a este platillo.
Su preparación consta de hervir y posteriormente moler los chiles con las pepitas de calabaza, especias, sal y combinarlos con las papas y nopales previamente cocidos y como espesor un poco de maíz en masa, que además le agrega un rico sabor.
Por supuesto no pueden faltar las tortitas de camarón a base de huevo y camarón en polvo, que si se quiere mantener la dieta, solo basta con omitir su consumo o bien reducirlo.
Una gran variedad de leguminosas forman parte de la comida cuaresmeña, habas, lentejas, garbanzos, alubias, chícharos, frijoles, arvejas, cacahuate, soya , entre muchas más, cuya preparación varía desde sopas hasta ensaladas.
Las ensaladas de atún, sardina o incluso pollo, también tiene presencia importante en el menú de las familias mexicanas, que pueden incluir lechuga, jitomate, cebolla morada, adicionada con jugo de limón mayonesa, aderezos y pasta cocida, convirtiéndola también en un platillo muy completo.
Los chiles rellenos ya sea de queso, de atún o de elote, son dentro de la gastronomía mexicana, un platillo infaltable en la dieta de cuaresma, si se preparan capeados se acompañan de un arroz blanco o rojo bañados con una salsa de jitomate.
Postres cuaresmeños
Claro que después de un plato fuerte, siempre se antoja “algo dulce”, y que mejor de degustar de los postres típicos de cuaresma.
El más famoso y favorito de las jefas de familia es la capirotada, esos trozos de bolillo o bollo dorados en mantequilla que luego son colocados en un refractario al que se le añaden una serie de frutos secos como nueces, dátiles, biznaga, coco rayado, y porque no queso añejo.
Las hay de muchos sabores, pero la más tradicional es con un jarabe de piloncillo y canela, el cual es vertido sobre el pan, luego de estar en el horno o en la estufa, está listo para comerse.
Las infaltables torrejas también resultan una delicia a paladar, el pan capeado con huevo y bañado con miel de maguey, lo vuelve otra tradición en la mesa.
Bebidas para acompañar
Sin duda, una buena jarra de agua no puede faltar al centro de los comensales, tres sabores son los protagonistas de la cuaresma.
La jamaica son unas hojas que dan un rico sabor al agua común, además de ser diurética, se le atribuyen beneficios para la salud.
Para el viernes santo es muy común preparar la llamada “agua de dolores”, que de acuerdo a los simbolismos religiosos representa la sangre derramada por Jesús durante su pasión, una agua a base de betabel, que le da ese color rojo y que puede llevar entre las frutas de temporada o de elección, plátano, naranja, manzana y lechuga.
El agua de limón con chía, también entra dentro de la simbología religiosa, pues se dice representa el dolor de madre que sintió María, ante el padecimiento de su hijo, usualmente se prepara antes del viernes santo.
Ante el encarecimiento de los productos del mar, sobre todo en esta temporada, es la carne blanca la que es considerada en nuestros días como un lujo, lo que antiguamente era para la carne roja, de ahí parte de su abstención.
Dada la flexibilidad que actualmente manejan líderes católicos en sus recomendaciones, es posible disfrutar de todo un abanico de sabores.