El suicidio es un problema de salud pública que afecta a un gran número de personas en todo el mundo, y el 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de este tema.
Septiembre se ha consolidado como el mes para la prevención del suicidio, un acto que a menudo está estrechamente ligado a la depresión. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en colaboración con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), estableció la fecha del 10 de septiembre para recordar que el suicidio es prevenible mediante acciones y campañas de concientización.
El suicidio como problema de salud pública
La OMS describe el suicidio como un problema de salud pública que afecta a un importante número de personas a nivel global, pero que, con frecuencia, es ignorado. Lo define como un acto deliberado de acabar con la propia vida.

A pesar de ser un tema rodeado de estigmas, tabúes y mitos, el suicidio es una tragedia que no solo afecta a la persona que lo comete, sino a todo su entorno afectivo, incluyendo familiares y amigos.
En 2021, la OMS lanzó una guía de implementación llamada “Vivir la vida” (LIVE LIFE), que incluye una serie de intervenciones clave para prevenir el suicidio a nivel global. Esta guía tiene un enfoque multisectorial con la finalidad de involucrar a la sociedad en un esfuerzo conjunto.
El suicidio en tiempos de pandemia
De acuerdo con datos de la OPS, más de 703 mil personas en promedio cometen suicidio cada año, después de uno o varios intentos. Un escenario que complicó aún más esta situación fue la declaratoria de la COVID-19 como pandemia en 2020. Este hecho supuso un gran desafío en la lucha contra esta condición, ya que al sufrimiento derivado de las pérdidas humanas que dejó la pandemia, se sumó el estrés producido por el confinamiento obligatorio.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la tasa de suicidios en México pasó de 6.2 a 6.8 entre 2020 y 2023. Esto significa que 8 mil 837 de las muertes totales correspondieron a la autolesión. El promedio de edad de las personas fallecidas se situó entre los 20 y 39 años, siendo los hombres quienes ocuparon el mayor porcentaje en comparación con las mujeres, al ser más propensos a cometer suicidio. Sin embargo, en 2023 se presentó un preocupante aumento de suicidios en mujeres de entre 15 y 19 años.
Factores de riesgo y señales de alerta
De acuerdo con el Manual para el Manejo de la Comunicación en Materia del Comportamiento Suicida, los factores de riesgo se dividen en dos categorías:
- Problemas de salud mental: Incluyen depresión, ansiedad, trastornos psiquiátricos, trastornos alimenticios, alteraciones en el sueño y uso de sustancias psicoactivas.
- Factores del entorno: Un nivel socioeconómico bajo, la pérdida de empleo, baja autoestima, problemas familiares, sociales y una escasa red de apoyo.

La conducta suicida también está estrechamente ligada a otros factores importantes a considerar:
- Sentimientos de inferioridad, pérdida de esperanza y culpa.
- Pensamientos constantes sobre la muerte.
- Antecedentes de comportamientos suicidas.
- Ser víctima de acoso o algún fracaso laboral o escolar.
Es relevante destacar que las personas solteras, divorciadas y que carecen de apoyo socioafectivo suelen presentar comportamientos suicidas de mayor riesgo.
La prevención es fundamental
La intervención del entorno social de la persona juega un papel fundamental en la prevención del suicidio. La guía de la OMS, “Vivir la Vida”, detalla una serie de intervenciones eficaces:
- Restringir el acceso a medios y accesorios que puedan servir para la autolesión (plaguicidas, medicamentos, armas de fuego, etc.).
- Capacitar a los medios de comunicación para que difundan información de manera responsable.
- Fomentar aptitudes socioemocionales entre los adolescentes.
- Detectar actitudes y comportamientos suicidas en familiares para evaluar, tratar a tiempo y dar seguimiento adecuado a la persona.
La colaboración del entorno afectivo es una medida de intervención básica que resulta mucho más efectiva si se involucran diversos sectores como salud, educación, empleo, justicia, política y medios de información.

Recuerda que, en circunstancias de esta índole, existen líneas de ayuda donde profesionales pueden atender el llamado. La mayoría de los gobiernos, cuentan con una línea de apoyo para personas con comportamientos suicidas, como el 911 en algunos casos. Sostener una charla y expresar sentimientos puede salvar una vida.



