Guillermo Del Toro es una leyenda del cine mexicano nacido en Guadalajara, Jalisco. Reconocido mundialmente por contar historias de fantasía infantil, ha roto barreras con su estilo único y profundamente humano. Lo más característico de su obra son los monstruos y criaturas extrañas o diferentes, figuras presentes en la mayoría de sus películas como El laberinto del fauno, La forma del agua o Pinocho. Para Del Toro, estos seres simbolizan a quienes se sienten rechazados o diferentes, reflejando su propia experiencia personal y construyendo relatos que trascienden géneros y culturas.
- 1. El origen de su fascinación por los monstruos
- 2. Los monstruos: símbolos de los rechazados
- 3. La “casa de los horrores”, un refugio creativo
- 4. Una amistad que salvó una vida
- 5. Impulsor del talento mexicano
- 6. La dualidad luz-oscuridad en su cine y personalidad
- 7. Influencia más allá del cine
- 8. Un mensaje esperanzador para la juventud
- Decisiones clave y proyectos soñados

Hoy, 9 de octubre, es el cumpleaños de Guillermo del Toro, recordamos las facetas y momentos que han marcado su vida y carrera. Desde su niñez como un niño que no encajaba y encontraba refugio en los monstruos, hasta su impacto global como un director que ha hecho visibles a quienes alguna vez se sintieron invisibles. A continuación, repasamos tales hechos que han forjado su legado y su impacto no solo en el cine, sino en la cultura y en nuevas generaciones.
1. El origen de su fascinación por los monstruos
Desde muy pequeño, Guillermo del Toro usaba sus cuadernos para plasmar criaturas imaginarias y monstruosas. Esta obsesión infantil llegó a preocupar a su abuela, quien incluso quiso realizarle un ritual para “curarlo” de esa inquietud, al no comprenderla. Sin embargo, detrás de esos dibujos había una motivación tan simple como poderosa; quería asustar a su hermano. Este juego inocente encendió un amor profundo por lo fantástico y lo distinto, que más tarde definiría su carrera artística y narrativa.
2. Los monstruos: símbolos de los rechazados
Para Del Toro, los monstruos son más que seres fantásticos; son “los santos patronos de todos los rechazados”. En su cine, estas criaturas no representan maldad, sino personajes con profundidad, complejidad y humanidad, que reflejan la experiencia de sentirse diferente o incomprendido. Sus historias invitan a ver más allá de las apariencias, resaltando nobles, complejos y emociones, por lo que sus monstruos se convierten en referentes para quienes alguna vez se sintieron invisibles o marginados.
3. La “casa de los horrores”, un refugio creativo
Guillermo Del Toro ha construido en su hogar una auténtica “casa de los horrores”, un santuario creativo donde atesora esculturas, bocetos y figuras de sus películas. Este espacio no solo es un museo personal, sino también un lugar donde busca inspiración cuando siente que su creatividad se estanca.
Según cuenta, pasar tiempo encerrado, rodeado por sus propias creaciones, le permite conectar con nuevas ideas y energías para seguir reinventando su arte.




4. Una amistad que salvó una vida
En 1992, Guillermo se atrevió a acercarse a James Cameron en una fiesta celebrando el 4 de julio en Estados Unidos, a pesar de ser un director poco conocido. Esta valentía gestó una amistad profunda y duradera. Cuando años después el padre de Guillermo fue secuestrado en Guadalajara y se exigió un millón de dólares para su rescate, Cameron, ya consagrado en Hollywood, cubrió la suma, salvando la vida de su amigo y solidificando un vínculo inquebrantable basado en la lealtad y el apoyo mutuo.


5. Impulsor del talento mexicano
Guillermo Del Toro no solo ha transformado el cine mundial, sino que ha abierto puertas para el talento mexicano. En la producción de Pinocho, lanzó una convocatoria abierta para jóvenes cineastas y animadores sin conexiones previas, brindándoles la oportunidad de formar parte de un proyecto internacional y profesional. Su generosidad también se extiende a otras áreas: por ejemplo, apoyó económicamente a estudiantes mexicanos en olimpiadas internacionales de matemáticas, evidenciando su compromiso con el desarrollo de nuevas generaciones y diversas disciplinas.

6. La dualidad luz-oscuridad en su cine y personalidad
Aunque el cine de Del Toro suele explorar temáticas oscuras, su propia personalidad es alegre y optimista. Él atribuye esta dualidad a su identidad mexicana, una cultura que vive intensamente la vida porque es muy consciente de la muerte y el sufrimiento. Esta convivencia con la luz y la sombra, el horror y la ternura, es el alma de sus historias, que logran resonar universalmente por tocar emociones profundas y complejas.
7. Influencia más allá del cine
El impacto de Guillermo Del Toro trasciende las salas de cine y ha inspirado a artistas de diversas disciplinas. Por ejemplo, la cantante Taylor Swift ha confesado que sus películas El espinazo del diablo y El laberinto del fauno influyeron notablemente en la creación de su álbum Folklore, evidenciando cómo su imaginario y sensibilidad artística llegan a otros campos creativos y culturas.

8. Un mensaje esperanzador para la juventud
Del Toro anima a las nuevas generaciones con un mensaje de paciencia y valor: “Tienen un chingo de tiempo”.
Reconoce que la juventud puede ser una etapa de desesperación y confusión, pero invita a ver ese período como una oportunidad para crecer. Además, aconseja interpretar los “NO” que puedan recibir no como fracasos, sino como señales de que su camino es importante y que deben perseverar con confianza y esperanza.
Decisiones clave y proyectos soñados
En 2004, Guillermo Del Toro decidió rechazar dirigir películas importantes como Blade Trinity, Alien vs Depredador y Harry Potter: el prisionero de Azkaban para enfocarse en Hellboy, un proyecto de corazón. Durante siete años luchó para que Ron Perlman encarnara al protagonista, enfrentando la presión del estudio que buscaba una estrella más famosa. Esta determinación dio vida a una de las sagas favoritas del cine fantástico.
Actualmente, Del Toro espera estrenar su versión de Frankenstein y sueña con llevar a la pantalla el proyecto En las montañas de la locura, escrito junto a James Cameron, que lamentablemente nunca se concretó, pero que sigue siendo parte de su ambición creativa.




