Diputados de MC buscan frenar discriminación y garantizar libertad en escuelas públicas y privadas.
Diputados federales de Movimiento Ciudadano (MC) presentaron una iniciativa para reformar la Ley General de Educación para establecer que en los centros escolares públicos y privados se permita el uso de uniformes neutros; es decir, que tanto los niños como los adolescentes podrán elegir libremente si usan pantalón o falda para asistir a clases.
La propuesta fue anunciada a través de una conferencia de prensa, donde también indicaron que esta propuesta indica que ninguna autoridad educativa, docente o administrativa podrá condicionar la asistencia a los centros escolares, ni aplicar cualquier restricción al ejercicio del derecho a la educación en razón del tipo de uniforme y/o apariencia física. Esto significa que ningún niño será expulsado o sancionado por decidir si usa falda o pantalón.
Libertad, seguridad y cero discriminación
La diputada Laura Ballesteros Mancia, vicecoordinadora del Grupo Parlamentario de MC, explicó que esta propuesta es muy significativa, ya que es promovida desde el corazón de los jóvenes, que hoy pretenden expresar su capacidad de decidir cómo se quieren vestir y cómo no.
En este sentido, apuntó que la implementación del uniforme neutro es el siguiente gran paso de la libertad de las niñas, los niños y los adolescentes para decidir sobre cualquier cosa que tenga que ver con su cuerpo.
“Hay que enseñarles a las infancias que su poder de decisión influye, importa y es lo más toral que existe en el desarrollo de su personalidad y de su seguridad”, abundó.
Diputados señalan que el uniforme diferenciado fomenta la violencia y el acoso
A su vez, el diputado Gibrán Ramírez Reyes apuntó que esta iniciativa pretende promover la educación en libertad para que se impulse el libre desarrollo de la personalidad. Expuso que la diferencia de uniformes entre niños y niñas ha contribuido, en algunos casos, a que el acoso sexual se normalice en edades muy tempranas, por lo que es preciso proteger a las niñas y a los niños, con responsabilidad.
Los legisladores han coincidido en que las instituciones educativas no pueden seguir imponiendo reglas basadas en prejuicios o estereotipos, sobre todo en un país donde miles de estudiantes sufren burlas, acoso, discriminación e incluso violencia por su apariencia física.
¿Qué cambiaría con esta reforma?
Algunos puntos claves que se deben tomar en cuenta de esta iniciativa son:
- Permitirá que cualquier estudiante, sin importar su género, decida si desea llevar falda o pantalón.
- Aplicará en todas las escuelas del país: públicas y privadas.
- Quedará prohibido condicionar la asistencia o el derecho a la educación por el uniforme.
- Protegerá la libertad de expresión, identidad y desarrollo de personalidad de los menores.
- Combatirá la discriminación y el acoso escolar vinculados al aspecto físico.
¿Por qué importa para las familias mexicanas?
Actualmente, en la mayoría de los estados del país, los padres denuncian que en los planteles educativos condicionan inscripciones, sancionan estudiantes o incluso los regresan a casa por detalles relacionados con uniformes o apariencia: cabello largo, corte de falda, falda “demasiado corta o larga”, uso de pantalón en niñas, entre otros.
Esta reforma busca dejar claro que el derecho a la educación está por encima de cualquier prenda.
Un debate necesario: México avanza, pero lento
México vive un momento de transición cultural. Mientras algunos sectores exigen mayor libertad para las infancias, otros siguen apostando por modelos rígidos que no dialogan con la realidad de los jóvenes.
El uniforme neutro ya existe en países de Europa y en la Ciudad de México desde el 2019. Solo que ahora se busca que el cambio sea nacional y obligatorio.
Para especialistas en educación y derechos humanos, se trata de un ajuste mínimo, pero de alto impacto: un uniforme no define el rendimiento escolar, pero sí puede afectar la autoestima, la libertad y la seguridad del estudiante.
Impacto nacional: ¿Qué opina la ciudadanía?
Aunque la iniciativa aún no se discute en pleno, varios colectivos estudiantiles y asociaciones civiles ya la respaldan.
Por el lado de la sociedad, se encuentran las opiniones divididas: algunos argumentan que esto no es necesario, ya que puede implicar a más temas de discriminación. Qué más que esta iniciativa se debe de implementar nuevas regulaciones institucionales.
Lo cierto es que la presión social está creciendo. El tema pone sobre la mesa la pregunta: ¿Las escuelas están educando para el futuro o siguen ancladas en un pasado que ya no representa a los jóvenes?
Si esta reforma avanza, millones de estudiantes en México podrían elegir cómo vestirse para ir a clases sin miedo a ser señalados, castigados o excluidos. Un cambio pequeño en apariencia, pero enorme en libertad.
El debate seguirá en el Congreso. Y en las calles, en las casas y en los salones, la discusión se resume en una pregunta muy simple: ¿Quién debe decidir cómo se viste un niño: la escuela o el propio niño?



